Hará cosa de un año cambié el PC de toda la vida por un iMac G4 de Apple (Conocido por "lamparita"). El culpable de ello ha sido Rubén, un amigo mío que lleva años usándolo y durante meses me ha machacado comentándome sus virtudes (de hecho el G4 que tengo ahora le perteneció).

Llevo utilizando ordenadores desde el año 1982 que cayó en mis manos un Sinclair ZX Spectrum con 48K. de memoria RAM (Que todavía sigo utilizando y programando). De las máquinas de 8 bits ya pasé al PC, saltándome el paso intermedio de los 16 bits de los Commodore y los Atari. Los PC los he utilizado con sistemas operativos variados, desde el MSDOS, Windows y he pasado por toda su gama hasta llegar al XP (Con el Vista me resisto que solo lo he utilizado un par de veces y acumulo dos malas experiencias, 100%). Lo he utilizado con diversas distribuciones de LINUX, principalmente Debian, algo menos Mandrake ahora Mandriva y alguna "Live CD/DVD" que tan de moda están ahora.
Todo esto viene a cuento de que, desde tiempos de los 8 bits, echaba de menos la facilidad de enchufar una máquina y que simplemente funcionara. No tener que andar con líos de drivers, configuraciones extrañas, pantallazos azules de la muerte, kernel panics y compilaciones eternas de kernels. Y eso es lo que he recuperado en parte gracias a MacOS X y el iMac.
No voy a entrar a discutir los beneficios y maldades de unos y otros, ni a decir cual es mejor o peor. MacOS X también se cuelga, pero en un año no me habrá sucedido más de dos o tres veces. El sistema operativo de Apple me parece más estable que sus hermanos en PC y con una facilidad de uso que raya lo infantil, cuando te acostumbras a él sobre todo viniendo de otras filosofía en otras plataformas. Tiene cien chorraditas que te facilitan la vida a la hora de sentarte delante del ordenador e intentar hacer cualquier cosa, de hecho yo las noto en falta cuando me siento en el trabajo ocho horas delante de un PC con Win e intento utilizarlas instintivamente en él.
En el lado negativo, además del aprendizaje y la adaptación a un nuevo modo de trabajar delante de la pantalla tal como comenté anteriormente, la ausencia de determinados programas que solo existen en su versión Windows, especialmente software para dispositivos externos tales como GPS, móviles, etc. cuyos fabricantes insisten, una y otra vez, en ignorar a todo usuario de ordenador que no utilice el sistema de Microsoft.
Otro inconveniente al que ya me he acostumbrado es la ausencia, no casi total como en el caso de LINUX, pero sí bastante pronunciada en cuanto a los lanzamientos de juegos. Yo usaba el PC para jugar con mucha frecuencia, y ahora me he tenido que adaptar a darle un uso lúdico al iMac bastante menor. Algo contrarrestado con las consolas, a las que me he aficionado últimamente y que al fin y al cabo están hechas para jugar. El desembolso económico en estas máquinas de ocio lo compenso con el que me ahorro en las actualizaciones de hardware continuas a las que te obliga el lanzamiento de las novedades en juegos para PC y sus espantosos requerimientos. Y es que no habré actualizado el PC en cuanto a RAM y Micro con cada lanzamiento del nuevo PC Fútbol, Shooter de turno o juego que se me antojase jugar, por no hablar de cada nueva versión de Win.
Resumiendo, lo que he ganado es simple: dar al botón del ordenador y que simplemente funcione como espero, sin darme problemas, y encima es bonito.