domingo, 30 de septiembre de 2007

Fotografía nocturna.

A primeros de agosto los amigos de Trotamontes organizamos una salida nocturna por la sierra de Madrid, con idea de ver las lágrimas de San Lorenzo desde un lugar tan privilegiado como es la cima de Cabeza Lijar, un lugar del que ya hablé aquí hace casi tres años. El plan incluía pasar la noche en un refugio-mirador que corona la cumbre.

Entrada la noche, cenados y descansados de la ligera caminata de poco menos de cuatro kilómetros, llegó la hora de las fotos. Me encanta hacer fotos, pero mi conocimiento de este arte se limita a buscar un encuadre que me parezca bonito y a pulsar el disparador intentando que no me tiemble mucho el pulso.

Hay una frase que viene a decir, más o menos, "no es más importante saber hacer algo tanto como conocer a quien sabe hacerlo". Y yo tengo la suerte de contar entre mis amigos con Rubén, un experto sobre fotografía, culpable de la siguiente secuencia nocturna, y que integra el grupo de amigos que salimos esa noche a caminar por el monte.

Las fotos están tiradas con una cámara HP Photosmart R927, una compacta digital normal, con una velocidad de obturador de quince segundos. Por supuesto la cámara reposaba sobre un trípode y se disparó usado el temporizador para evitar el ligero e involuntario movimiento que siempre se le da a la cámara al oprimir el disparador.

La primera de ellas está tirada en modo "como salga", y así salió, toda quemada. En la segunda foto comencé a utilizar un truco que me comentó Rubén: poner la mano delante de la cámara de manera que tapara la zona de más luz, la que está por debajo de la línea del horizonte, durante unos segundos, para evitar que la luz quemara la fotografía y remarcar la nube que hay en el cielo. En este segundo intento tapé la zona baja de la foto no más de cinco segundos. A partir de la tercera foto, y hasta la última o definitiva, toqué el equilibrio de blancos aplicando un filtro que trae la cámara llamado sombra, para disparar en la oscuridad, además de ir variando el tiempo que mi mano tapó la zona de luces, incrementándolo hasta los trece segundos, aproximádamente, de la última foto.

En la última o definitiva foto se puede apreciar bien marcada la autopista de la Coruña A6 en su zigzagueo hacia Madrid, que ocupa toda la línea del horizonte, pasando por los pueblos de Guadarrama en primer término (a la izquierda sale la carretera que va hacia Cercedilla y cerca de esta se ve el pueblo de Collado Mediano) y Collado Villalba a continuación. En la parte inferior derecha de la foto se aprecia la línea de luces de la presa de un embalse.

Como se puede apreciar las luces no "deslumbran" como en las fotos anteriores y la nube queda espectacular, con un toque fantasmagórico que da personalidad a toda la foto.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Un nuevo vicio.

Para desdicha de mis vecinos y familiares he añadido un nuevo vicio a los ya habituales: Retro-informática, video juegos o senderismo. Me ha dado por aprender tocar la guitarra eléctrica, la que ves justo aquí debajo.



Desde siempre he tenido ganas de tocar este instrumento aunque, para ser sincero, debo decir que mi primer deseo era tocar el bajo e imitar a Paul McCartney, uno de mis ídolos musicales. Hará un par de meses decidí adquirir una guitarra para aprender a tocar de modo autodidacta. Pero durante este breve periodo de tiempo me ha bastado para darme cuenta de un par de cosillas.

Sin haber puesto las manazas sobre una guitarra en mi vida ves a un guitarrista "de verdad" (como el señor Malmsteen bajo este párrafo) tocar la guitarra y escuchas la fluidez y la precisión con la que salen notas del instrumento, te creces y crees que eso es sencillo y que eres capaz de hacerlo mejor o al menos igual que él en un breve espacio de tiempo... ¡¡Pero que iluso se puede llegar a ser!! Voy a comentar mi camino de desdichas, como novato, a lo largo de este último par de meses.



El primer error que se puede cometer es no asesorarse por un profesional a la hora de comprar algo sobre lo que tu conocimiento es nulo. Una buena mañana me encaminé hacia esos grandes almacenes españoles con nombre británico y en la sección correspondiente vi un pack de iniciación (así los llaman) para novatos, aunque deberían decir incautos: guitarra eléctrica marca "la cabra", amplificador, y todo lo que puedes necesitar para empezar tu carrera como músico, empaquetado en una caja (púas, cuerdas de repuesto, cable y fundita para el instrumento). Por el módico precio de 120 euros. Lo que en un principio te parece mucho dinero, a corto plazo se convierte en dinero tirado.

Esta primera guitarra, al llegar a casa y sin entender sobre ello, con el simple acto de engancharla al amplificador y rasguear las cuerdas ya hacía más ruidos que un 850 subiendo un puerto de montaña (después me enteré que trasteo es como se llama ese ruido en una guitarra, cuando las cuerdas rozan sobre los trastes por estar mal construída o ajustada). Camino de los grandes almacenes de vuelta a devolver el invento. Lo cierto es que no te ponen ningún inconveniente a la hora de cambiarlo. Con la segunda, idéntica a la primera, la cosa mejoró, por el momento, y teminaré de hablar sobre ello un poco más adelante por seguir un orden cronológico de los hechos.

Ya con esta segunda guitarra en casa, y con la idea de aprender por mi mismo, me volví a dar de bruces con mi ignorancia. Métodos variados de guitarra descargados de internet, vídeos, horas de lectura por diferentes foros y horas de práctica con la guitarra no me llevan a ningún sitio. Aunque te aclaras algunos conceptos, sobre todo teoría, y vas entendiendo de que va esto, no tienes a nadie que te guíe, que te indique si vas bien o mal, y te estancas en "Cielito lindo" y unos cuantos ejercicios sin avanzar. Caminito a una academia de música para matricularme y que me enseñen, o lo intenten, a tocar la guitarra.

Ahora mismo, con solo un par de clases de dos horas de duración y el par de horas que le meto a diario a practicar, he avanzado más que a lo largo del mes y medio anterior. Aunque creo que me costará muchos años acercarme al nivel de mi profesor, Juan, al que podéis ver en el vídeo siguiente.



Retomando el tema "guitarrita barata" empecé a notar que mi guitarra no sonaba igual que las de mis compañeros, y no era cuestión de destreza ya que tenemos el mismo nivel más o menos.

Vistazo a la misma del profesor y comenta que esa guitarra no se puede tocar, de mala que es no suena correctamente. Me aconseja dejarla en la tienda para que me la ajusten, si es posible. Así que la pongo en manos de un profesional y me confirma que tiene defecto de construcción y que no es posible ajustarla adecuadamente, que trate de devolverla y que me compre una en condiciones, por lo menos para comenzar.

Y así estoy, con un palo de escoba con forma de guitarra, que tengo que pasarme a ver si me devuelven la pasta, y con la guitarra de la primera foto comprada hace unos días. Y menuda diferencia entre una y otra sin ser la última una cosa del otro mundo, ahora no parece que esté asesinando a un gato cada vez que me pongo a tocar.

Las conclusiones que he sacado son claras:

  • Dejarme asesorar por alguien que sepa la próxima vez que me quiera meter en algo que desconozca.

  • Lo barato sale caro. Aunque en un principio sea lógico dudar sobre si merece la pena hacer un desembolso grande de dinero sin saber si la nueva afición nos gustará o la dejaremos de lado a la primera de cambio, merece la pena invertir un poco más en calidad, incluso nos será más sencillo vender en caso de que nos queramos deshacer de ella.

  • Supongo que habrá autodidactas, pero en mi caso el aprendizaje guiado, al menos hasta que tenga una base sólida y pueda ir creciendo por mi cuenta, es imprescindible, y se nota la ayuda de un profesional a la hora de avanzar.


Y como final decir que cada día estoy más enganchado a la guitarra. Da mucha satisfacción notar como avanzas, y que lo que antes considerabas morcillas ahora parecen dedos sobre la guitarra :)

Os iré contando mis progresos y espero torturar vuestros oídos con algún MP3 dentro de algún tiempo.