martes, 30 de octubre de 2007

Un "switcher" más.

Estoy de vacaciones y voy a aprovechar para contar alguna cosa que he hecho desde hace tiempo pero que, por vagueria principalmente, no había soltado por aquí.

Hará cosa de un año cambié el PC de toda la vida por un iMac G4 de Apple (Conocido por "lamparita"). El culpable de ello ha sido Rubén, un amigo mío que lleva años usándolo y durante meses me ha machacado comentándome sus virtudes (de hecho el G4 que tengo ahora le perteneció).


Llevo utilizando ordenadores desde el año 1982 que cayó en mis manos un Sinclair ZX Spectrum con 48K. de memoria RAM (Que todavía sigo utilizando y programando). De las máquinas de 8 bits ya pasé al PC, saltándome el paso intermedio de los 16 bits de los Commodore y los Atari. Los PC los he utilizado con sistemas operativos variados, desde el MSDOS, Windows y he pasado por toda su gama hasta llegar al XP (Con el Vista me resisto que solo lo he utilizado un par de veces y acumulo dos malas experiencias, 100%). Lo he utilizado con diversas distribuciones de LINUX, principalmente Debian, algo menos Mandrake ahora Mandriva y alguna "Live CD/DVD" que tan de moda están ahora.

Todo esto viene a cuento de que, desde tiempos de los 8 bits, echaba de menos la facilidad de enchufar una máquina y que simplemente funcionara. No tener que andar con líos de drivers, configuraciones extrañas, pantallazos azules de la muerte, kernel panics y compilaciones eternas de kernels. Y eso es lo que he recuperado en parte gracias a MacOS X y el iMac.

No voy a entrar a discutir los beneficios y maldades de unos y otros, ni a decir cual es mejor o peor. MacOS X también se cuelga, pero en un año no me habrá sucedido más de dos o tres veces. El sistema operativo de Apple me parece más estable que sus hermanos en PC y con una facilidad de uso que raya lo infantil, cuando te acostumbras a él sobre todo viniendo de otras filosofía en otras plataformas. Tiene cien chorraditas que te facilitan la vida a la hora de sentarte delante del ordenador e intentar hacer cualquier cosa, de hecho yo las noto en falta cuando me siento en el trabajo ocho horas delante de un PC con Win e intento utilizarlas instintivamente en él.

En el lado negativo, además del aprendizaje y la adaptación a un nuevo modo de trabajar delante de la pantalla tal como comenté anteriormente, la ausencia de determinados programas que solo existen en su versión Windows, especialmente software para dispositivos externos tales como GPS, móviles, etc. cuyos fabricantes insisten, una y otra vez, en ignorar a todo usuario de ordenador que no utilice el sistema de Microsoft.

Otro inconveniente al que ya me he acostumbrado es la ausencia, no casi total como en el caso de LINUX, pero sí bastante pronunciada en cuanto a los lanzamientos de juegos. Yo usaba el PC para jugar con mucha frecuencia, y ahora me he tenido que adaptar a darle un uso lúdico al iMac bastante menor. Algo contrarrestado con las consolas, a las que me he aficionado últimamente y que al fin y al cabo están hechas para jugar. El desembolso económico en estas máquinas de ocio lo compenso con el que me ahorro en las actualizaciones de hardware continuas a las que te obliga el lanzamiento de las novedades en juegos para PC y sus espantosos requerimientos. Y es que no habré actualizado el PC en cuanto a RAM y Micro con cada lanzamiento del nuevo PC Fútbol, Shooter de turno o juego que se me antojase jugar, por no hablar de cada nueva versión de Win.

Resumiendo, lo que he ganado es simple: dar al botón del ordenador y que simplemente funcione como espero, sin darme problemas, y encima es bonito.

sábado, 27 de octubre de 2007

Otro paseo por la montaña.

El pasado viernes 19 de octubre coincidió mi día de libranza en el trabajo con una salida a la montaña de Trotamontes. Después de mucho tiempo sin poder compartir con ellos senda fue un placer poder caminar por un sitio que me gusta especialmente de la sierra de Madrid: el Valle de la Fuenfría.




El día fue espectacular, un cielo impresionante, como podéis apreciar en la foto de Guarramillas y la Maliciosa, una temperatura agradable y una caminata relajada y plagada de buenas conversaciones con los compañeros.

En la página de Trotamontes tenéis una descripción de la ruta que hicimos y también he colgado un pequeño álbum con algunas fotos del día.

Como colofón me puse morado con las moras, valga la "rebuznancia", que abundaban a lo largo de toda la senda de descenso hacia el estacionamiento :)

miércoles, 24 de octubre de 2007

El palo de la escoba [2]

Este es el segundo y último capítulo de la telenovela "El palo de la escoba", cuyo primer episodio narré hace veinte días.

Hoy me ha llamado una persona de la tienda donde compré la guitarra. Después de explicarme que el servicio técnico de la marca dice que la guitarra está bien y que es como es (vamos, mala de narices), me ha ofrecido dos opciones.

Opción A: Darme una guitarra nueva, del mismo modelo.

Opción B: Abonarme el importe de la misma.

Es obvio que la segunda ha sido la vencedora.

Tengo la costumbre de comprar en esta gran superficie y, en casos como este, merece la pena haber pagado un poco más. En otro lugares, pasado el periodo de quince días, te comes con patatas el producto.

domingo, 21 de octubre de 2007

Uno que casi no toca...

Últimamente me paso bastante rato delante del Mac viendo vídeo de guitarristas para ver si se me pega algo, y encontré dos de Paco de Lucía. Uno tocando "Entre dos aguas" y otro acompañado de John McLaughlin y Al Di Meola.







viernes, 5 de octubre de 2007

Mi primer ruido parecido a una canción.

Ya llevo tres semanas recibiendo clases de guitarra. Tres semanas repitiendo aburridos pero prácticos ejercicios mecánicos una y otra vez para coger agilidad, velocidad y fuerza en los dedos. Cada día noto como mis dedos ganan en soltura y un poco de precisión y sueno "menos mal".

A la par estoy empezando a tocar un par de canciones para escuchar algo "bonito". La impaciencia me ha hecho buscar un par de tablaturas por internet, sencillitas, sin acordes ni florituras, que me permitan entrar en materia poco a poco.

La primera canción elegida es una composición de Edvard Grieg, creada a finales del siglo XIX, bastante conocida: "In the hall of the mountain king". Esta canción ha sido interpretada por grupos de rock como Metallica o Apocalyptica. Pero este no ha sido el motivo por el que he comenzado con ella. Uno de los primeros video-juegos que me enganchó a primeros de los ochenta fue el Manic Miner, creado para el ordenador Sinclair ZX Spectrum. Este juego, un clásico, repetía una y otra vez la música de Grieg y esta se metió en mi cabeza hasta el punto de silbarla o tararearla en los momentos y lugares más inesperados durante los últimos veinte años de mi vida.





La segunda elegida es "No more lonely nights", de Paul McCartney. Canción que se situó en el número uno de las listas británicas en el año 84 y que pertenecía al album "Give my regards to Broad street". David Gilmour, guitarrista de Pink Floyd, era quien tocaba la guitarra en el tema. Esta canción, más bien el disco entero, me trae a la memoria largas tardes de invierno con quince años, jugando al Spectrum y escuchando al mismo McCartney, Moody Blues, Pink Floyd y un largo etcétera de música excelente de aquella época.





Mientras que la composición de Grieg la toco con más o menos soltura y no es demasiado complicada salvo cuando quiero coger velocidad, la de McCartney es harina de otro costal y de momento solo he conseguido sacar en condiciones los treinta o cuarenta primeros segundos... y del solo mejor no hablar.

jueves, 4 de octubre de 2007

Katie Melua

Una breve reseña musical para quitarme el mal sabor de boca del temita "115 euros regalados" :)

Hace un par de noches, tirado de madrugada en el sofá, me puse a mirar los contenidos gratuítos que ofrece mi operador de televisión por cable. Entre mucha basura encontré un concierto de esos que, de vez en cuando, dan viejas glorias del rock reunidas con algún fin caritativo: Band du lac, celebrado en junio de 2005.

Con el gancho que supone para mi el nombre de Eric Clapton, acompañado por gente como Gary Brooker (Procul Harum), Paul Carrack (Mike & the mechanics), Mike Rutherford (Genesis), Ringo Starr (no hace falta decir el grupo, espero) y un puñado de buenos músicos, me dispuse a pasar una hora escuchando música de calidad. Entre todos ellos se hizo un paréntesis y salió al escenario una chica con una guitarra y un pianista como único acompañamiento que me llamó la atención y que yo desconocía: Katie Melua.

Me agradó bastante y, la verdad, me sorprendió no haber escuchado nada sobre ella con anterioridad y eso que tiene tres cd's en el mercado. Emplead unos minutos en ver el vídeo de la canción "Shy boy", en mi opinión merece la pena. En YouTube y en su página web hay otros cuantos.



El palo de la escoba.


El sábado pasado llevé la primera guitarra eléctrica a la gran superficie donde la compré, a ver si con un poco de suerte me devolvían los 115 euros que gasté en ella, pese a que la tengo en mi poder desde hace dos meses y ya había pasado el periodo de quince días que te dan para devolver la compra.

Después de una espera de casi una hora para que me atendieran, y que me sirvió para recordar una vez más el motivo por el cual aborrezco ir a comprar los fines de semana, hablé con uno de los responsables de tienda. Tras conversar con un empleado que no me pudo solucionar nada, este responsable de una sección diferente a la que me concernía, me comentó que dado lo irregular de la situación por el tiempo transcurrido desde la fecha de compra no podía tomar la decisión de devolverme el dinero, pero que si quería se quedaban con la guitarra y el lunes, cuando el responsable correspondiente tuviera conocimiento del tema me llamaría sin falta para buscar una solución. Esto, que en principio parecía un avance, terminado el miércoles por completo comienza a oler a cuerpo en descomposición. No me ha llamado nadie y no he tenido tiempo para dejarme caer por allí para preguntar.

Me da que he tirado el dinero y que me voy a comer a palo seco el cacharro en cuestión, aunque la esperanza es lo último que se debe perder, o eso dicen. Como mal menor me queda el consuelo de poder colgar aquí unas fotos del palo de la escoba, también llamado guitarra por algunos, que me colocaron gracias a mi ignorancia y mi precipitación. Si esto sirve para evitar que algún incauto caiga en el mismo error que yo, lo daré por bien empleado.